Roberto Mouras - 20 Años

A 20 años de la desaparición del piloto de Turismo Carretera (TC) Roberto José Mouras, ocurrida el 22 de noviembre de 1992 en el circuito de Lobos, la cátedra del automovilismo vernáculo lo erigió desde entonces en uno de los grandes de la historia.

Ese domingo, a las 12.35, los corazones de la multitud que presenciaba la Vuelta de Lobos se paralizaron porque la Coupé Chevrolet que conducía Roberto “Toro” Mouras salió de la ruta e impactó contra un talud, para quedarse con su vida.

Tres días después, y con el dolor incontrolable y absurdo de los hinchas del “Chivo” y, por qué no de sus acérrimos rivales, también falleció su acompañante, Amadeo González.

El olavarríense José “Chueco” Romero, quien venía detrás del puntero, recordó que el piloto de Chevrolet se fue “afuera y se golpeó”, pero que no vio “nada mas”, y el piloto Edgardo Lavari argumentó que Mouras no “sabía” que iba puntero.

Lo cierto es que Roberto Mouras, quien había nacido en Moctezuma, pueblo perteneciente al partido de Carlos Casares (provincia de Santa Fe), el 16 de febrero de 1948, se fue, como otros tantos pilotos, a “fondo” por las rutas del país y sin especular ni aflojar aunque fuese primero.

El 30 de noviembre de 1958 había tomado la comunión en Carlos Carlos Casares y, después ya hecho un "mozo", se recibió de perito mercantil en el colegio Juan XXIII en la ciudad que lo cobijó tras su nacimiento en Moctezuma.

Ya de pantalones largos y con sus frescos y lozanos 18 años, comenzó a correr carreras zonales y ganó por primera vez con un Chevrolet 400 de Turismo Mejorado, y en 1968 corrió con un Torino en Turismo Grupo 2.

Eso para el “Toro” fue premonitorio, porque después su debut en TC fue el 30 de agosto de 1970 en la Vuelta de Chivilcoy, con un Torino rojo, carrera que ganó el recordado Rubén Luis Di Palma, quien llevó de acompañante a Ramón “Palito” Ortega en su Torino.

La primera carrera en la que se presentó con Chevrolet fue el 21 de julio de 1974, en 25 de Mayo (provincia de Buenos Aires), pero la suerte no lo acompañó con el auto preparado por la explosiva dupla formada por Jorge Pedersoli y Omar Wilke.

La primera alegría grande fue el triunfo que logró en la Vuelta de Bahía Blanca el 9 de mayo de 1976, con su Chevrolet rojo con el 7 pintado en su puerta, en su 49ta. participación en la categoría.

Ya como piloto oficial de Chevrolet, la Chevy cambió de color y pasó a ser dorada y todos la indentificaban como el “7 de Oro”. Ahí fue que el “Toro” se recibió de ídolo porque logró seis triunfos consecutivos, marca que hoy todavía no resultó superada.

Cambió de monta Mouras y se subió a una Dodge Polara: alcanzó su máximo esplendor porque fue tricampeón con la marca (83-84-85) y en 1986 retornó al Chivo y ganó en Olavarría.

Hombre generoso, Mouras siempre tenía lleno de zapatillas el baúl de su auto particular, porque donaba el calzado a las escuelas de su querido Carlos Casares; de todos modos, les tenía “prohibido” a sus amigos revelar su bondad.

Ese era Roberto José “Toro” Mouras, un grande arriba y abajo de su auto de carrera, y tal es así que ganó 50 competencias en TC (26 con Chevrolet y 24 con Dodge) y solo lo superó en la historia de la categoría el enorme Juan Gálvez, que triunfó en 56 carreras.

Perfil bajo, inmutable, era frío en los momentos previos a una carrera, pero a partir de la largada se transformaba. Fue un “guerrero” con el pie derecho siempre a la “tabla” y, fundamentalmente, respetado por todo el ambiente.

Pese a que sus tres títulos fueron con Dodge, es el máximo ídolo de la parcialidad de Chevrolet, y en la actualidad no hay alambrado de cualquier autódromo que no tenga colgada una bandera con su Chevy y su cara de buen tipo

TODO UN IDOLO EL TORO, AGUANTE EL CHEVROLET